Después de haber elegido el negro para la noche de gala previa a la jura de los nuevos reyes de Holanda, la princesa Letizia de Asturias optó por un color mucho menos noble para su figura: gris titanio.
Letizia se vistió con el diseñador español Felipe Varela, quien le confeccionó un vestido de seda y tul bordado con microperlas de acero y cristal. El tocado, de organza y plumas, fue lo más criticado por su gran volumen.
Más allá del look en concreto, lo que llamó la atención fue el estado físico de la princesa de 40 años: más delgada que nunca y pálida.
Por su parte, el heredero de la Corona española llevó el uniforme de gala de la Armada española con varias condecoraciones.
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